Miso

El miso es una pasta de soja fermentada sola o con un cereal. Es rico en proteínas, carbohidratos y minerales, nos aporta magnesio, calcio y hierro. También contiene vitaminas del grupo A, B, E y ácido fólico. Esta pasta es altamente alcalina y depurativa de la sangre. Es imprescindible que no hierva para que mantengas sus numerosas propiedades. Hay varios tipos de miso: hatcho miso (elaborado sólo con soja); el genmai miso (al que han añadido arroz integral); kome miso (al que han añadido arroz blanco) y mugi miso (le han añadido cebada) . El miso entre muchos beneficios reduce las probabilidades de que una mujer desarrolle cáncer de mama, también favorece su quilibrio hormonal. Además posee un alto contenido de zinc y éste es un mineral conocido por sus contribuciones al sistema inmunológico. El cobre y el manganeso, también presentes en el miso, promueven la flexibilidad articular y el flujo de oxígeno a través del cuerpo. La variedad de vitaminas y minerales del miso, incluyendo las vitaminas E, K y B2 y la fibra, lo convierten en un gran contribuyente del equilibrio nutricional general. Por sus enzimas y fermentos, favorece el equilibrio de la flora intestinal (bacterias prebióticas). Ideal cuando hay mala digestión ya que el miso contiene enzimas vivos. Disuelven el colesterol en la sangre y evita el endurecimiento de los vasos sanguíneos. Es importante introducir el miso en nuestra dieta añadiendo una cucharada a las sopas por ejemplo.

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